¿Ya no me satisface mi trabajo?

En alguna Ocasión de la vida laboral de cada individuo nos hemos hecho esta pregunta y en otras ocasiones ha sido una triste afirmación.

Para estar completamente seguros, debemos de determinar que variables están afectando en esta situación y una vez detectados debemos establecer acciones.

Puede ser de utilidad realizarnos las siguientes preguntas para encontrar el porqué de la insatisfacción:

¿Es por la rutina?

Debemos estar seguros de que no hay nada más que aportar al trabajo, la inexistencia de algún estímulo y que definitivamente genere el aburrimiento.

¿Existe el estrés por la acumulación de los deberes y tareas?

El cansancio es el principal culpable de las necesidades del cambio.

¿Falta de Personal?

Contar con escasos recursos materiales y personales que hacen irrealizable el trabajo.

¿Mal Ambiente?

No siempre la culpa es de las tareas, un ambiente donde reina el kaos, la competitividad insana y las rivalidades entre otros vicios son una de las variables más dañinas.

¿Perfeccionismo?

Es una espiral, es verdad que todo es candidato de mejora, pero siempre debemos de mantener un estándar de calidad que permita medir el desempeño adecuadamente.

Exceso de reglas y directrices

Es importante que los colaboradores puedan expresar sus ideas y ejercer adecuadamente sus aportaciones, ¿Quién desea estar en un ambiente en el que se siente como una “herramienta más”

¿Caos y desorganización?

No hay pautas a seguir, no hay feedback, los superiores no saben organizar el trabajo ni guiar al equipo.

¿Impaciencia, dificultad para relajarse y gozar del presente? La confianza y profesionalismo en el trabajo se gana con el tiempo y la constancia, ¿no estará siendo un tanto impaciente?

La necesidad de motivaciones externas.

Simplemente, quiere más dinero.